La industria de los videojuegos es ya una de las grandes de nuestros tiempos. Empresas como Sony, Nintendo o Microsoft han desarrollado sus productos, Play Station 5, Nintendo Switch y Xbox One Series X, hasta un punto en el que se podría decir que en ellos se reproducen auténticas obras de arte.  Pero esto no sería posible sin la colaboración de las compañías proveedoras de fibra que han ayudado a que los jugadores más exigentes gocen de una experiencia difícil de mejorar sin tener que pagar precios exagerados. El caso de Yoigo es un ejemplo claro de ello: las caídas de conexión son cosas del pasado, los cortes en el gameplay no existen y la experiencia de juego es más fluida que nunca, minimizando al máximo el conocido lag y trayendo consigo un sinfín de cambios en el sector.

Sin embargo, esta mejora de la conectividad no siempre es aprovechado al máximo por las grandes compañías de videojuegos, que a muchas veces se quedan atrás por razones que no vamos analizar en este artículo.

Los juegos offline, cada vez menos habituales

Los juegos de partidas individuales están disminuyendo hasta el punto que podemos decir que han sido totalmente desbancados por los que se centran prácticamente solo en su apartado online. Clásicos de la industria como Prince of Persia, Rachet and Clank o The Last of Us seguramente no tuviesen el mismo impacto a día de hoy y eso solo tiene un claro culpable: los modos online.

Aunque sí existen sagas que a día de hoy se mantienen fuertes, como God of War, The Witcher o los siempre populares Pokemon, la tendencia al juego online ha inclinado totalmente la balanza. Los shooters, como Call of Duty o Fortnite, han tomado el mando como juegos mayoritarios, mientras que otros más clásicos aunque siempre importantes como el Minecraft, el Rocket League, el FIFA o el NBA 2K se han hecho con una parte del mercado aún más grande de la que tenían hace solo unos años. Incluso clásicos offline de antaño como el Grand Theft Auto han logrado ofrecer un servicio online que va más allá del modo historia con el que contaba en, por ejemplo, el conocido Vice City de la Play Station 2.

Todo este movimiento que son los videojuegos en línea no se entendería sin la mejora exponencial que han tenido los servicios de Internet y la aparición de la fibra óptica. A día de hoy, la experiencia de usuario es impecable y es ahí donde reside la gran diferencia con la hegemonía de ciertos tipos de videojuegos en antiguas consolas.

La fibra óptica y la nueva generación de consolas

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La fibra marca la diferencia a nivel competitivo

La fibra no solo ha provocado mejoras en la experiencia del jugador, sino que ha llevado a millones de casas en el planeta la posibilidad de competir en el mundo de los eSports. A nivel competitivo, la conexión que reporta tu fibra puede ser diferencial, ya que son tantos los usuarios conectados que se requiere de la mayor precisión posible para poder llegar a ganar la partida.

Este aspecto no es solo importante en situaciones que os podáis imaginar, como puede ser un disparo en Call of Duty o Fortnite, sino que esto se extiende a todo tipo de juegos. Un milisegundo puede marcar la diferencia entre cometer o no penalti en el FIFA, en anotar el triple decisivo en el NBA 2K o irte fuera en la última curva en el Fórmula 1.

Además, las caídas de servicio se han minimizado y prácticamente todo aquel que cuenta con fibra no sufre pérdidas de conexión en sus partidas. Todas estas, por no decir otras más previsibles como la velocidad de descarga, son las razones principales por las que debes utilizar fibra en todos tus dispositivos. Así que, si quieres contar con la mejor conexión, ¡no dudes en hacerte con ella!

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